Comentario
CAPITULO V
Descripcion de la ciudad de la Concepcion en el
reyno de Chile, noticia de su primera fundacion,
destrucciones que ha padecido por los indios, su
situacion, vecindario y temperamento, fertilidad de sus
campos y comercio
495 La ciudad de la Concepcion, llamada por otro nombre Penco, tuvo su primera fundacion por el capitan Pedro de Valdivia en el año de 1550; pero haviendo rebeladose muy á los principios los indios de Arauco y Tucapel, fue preciso á su vecindario abandonarla retirándose á la de Santiago. Havian precedido á este abandono algunas victorias que los indios consiguieron en los reencuentros con los españoles y el dar muerte en uno de ellos al mismo Pedro de Valdivia, que como governador de aquel reyno era el caudillo principal de las armas empleadas en su conquista. Igual fortuna experimentaron haviendo tomado Francisco de Villagra el mando, que como á theniente general de Valdivia le correspondia. Estos desgraciados accidentes y las pocas fuerzas para resistir el gran numero de indios que se conjuraron en su contra obligó á los españoles á desamparar la Concepcion; pero incitado el vecindario del interés de sus haciendas, que dexaban perdidas totalmente en las inmediaciones de aquella ciudad, solicitaron por sí nuevo permisso de la Audiencia de Lima para volverla á poblar, de que luego tuvieron motivo para arrepentirse porque, llegando á la noticia de los indios que los españoles habitaban de nuevo la ciudad, se confederaron contra ellas y, llevando por caudillo á uno llamado Lautaro, ganaron un pequeño puertecillo, en que consistia toda su defensa, dieron muerte á algunos y obligaron á los demás á que de nuevo se retirassen á Santiago, hasta que, passando con el empleo de governador de Chile, Don Garcia de Mendoza, hijo el virrey Don Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, pudo sostenerla con un refuerzo de gente que llevó y resistir las invasiones de los indios. Por los años de 1603, se volvió á suscitar una nueva y mas general conjuracion, de cuyas resultas quedó destruida no solo la Concepcion sino tambien la Imperial, Valdivia y otras ciudades menores hasta el numero de seis, que era la mayor parte de las que contenia aquel reyno; pero siendo socorrida de nuevo la Concepcion, pudo rehacerse y subsistir.
496 Su latitud es, segun observacion que hicimos el año de 1744 en Talcaguano, sitio que está precisamente este oeste con la ciudad, a 36 grados 43 minutos 15 segundos austral y su longitud, observada por el padre Fevilleé y contada del meridiano de Tenerife, de 303 grados 18 minutos 30 segundos. Está edificada á la parte del sudoeste de una hermosa bahía, en un terreno desigual y arenoso, algo elevado; por su medianía hace el curso un pequeño rio, y ella es de corta extension, pudiendo regularse como del cuarto orden. La ruina que padecieron sus casas con el formidable terremoto del año de 1730 ha obligado á que sean todas baxas; ha estado siempre sujeta á estos repentinos accidentes, y el que queda citado fue el ultimo de los grandes que ha experimentado, con el qual padeció igualmente la ciudad de Santiago, capital del reyno. Empezó entonces á moverse la tierra el dia 8 de julio á la una de la mañana, y con los ramazones que dió se retiró el mar á bastante distancia; pero dentro de poco, se hinchó tanto que, excediendo sus regulares límites, inundó las campañas y dexó anegada la ciudad. Este repentino sucesso puso al vecindario en la precision de abandonarla y de acudir todos por unico asylo á las vecinas eminencias; repitióse el movimiento de tierra por tres ó quatro veces, y, poco antes que empezara á amanecer, á cosa de las 4 de la mañana, volvió á temblar con mas espantosos baybenes, á cuyo esfuerzo acabaron de vencerse los pocos edificios que havian resistido el primer movimiento y ímpetu del agua, repitiendose tambien este por segunda vez con mas horror que la primera.
497 Las casas son todas de tapias ó adoves, cubiertas de texa; las iglesias, reducidas y pobres; y, á su correspondencia, los conventos de San Francisco, San Agustin, Santo Domingo y la Merced, siendo entre todos aquellos edificios el mas desahogado, decente y bien fabricado el colegio de la Compañia.
498 Govierna esta ciudad en lo politico un corregidor, á quien el rey confiere este ministerio, y es el que hace cabeza á los alcaldes ordinarios y regidores, que forman el cuerpo de ella; en vacante, provee este empleo el presidente de Chile, que es governador y capital general de todo el reyno y presidente de la Audiencia de Santiago, su capital, de quien, como tal, es dependiente la Concepcion. En ella tuvo su primer assiento aquel tribunal real y permaneció desde el año de 1567 hasta el de 1574, en que, considerando lo expuesto que estaba allí á ser perturbado el sossiego y tranquilidad correspondiente á su serio ministerio por los frequentes insultos que executaban los indios, se juzgó conveniente el extinguirlo. Y restablecido despues, se trasladó á la ciudad de Santiago, donde ha subsistido hasta el presente, pero su presidente debe assistir los seis meses del año en la Concepcion y los otros seis en Santiago; los primeros, para atender á los assuntos militares de las fronteras, providenciar en el buen estado de las fortalezas que hacen oposicion y sujetan los indios de Arauco, mantener en buen pie las milicias y hacer que las armas están respetadas de aquellos indios y que conozcan hallarse siempre en estado de refrenar su ossadía y castigar sus atrevidas empresas; los otros seis meses en Santiago son para oir los quexosos, distribuir la justicia y hacer mas respetable aquel tribunal con su presencia. Hay tambien un tribunal de Real Hacienda, compuesto de contador y tesorero, y todos los demás que son regulares en aquellas ciudades.
499 Como todos los habitantes de aquellas poblaciones y campañas comprehendidas en la jurisdiccion de la Concepcion componen varios cuerpos de milicias, unos á sueldo y otros sin él, y estas toman las armas contra los indios circunvecinos siempre que den motivo para ello sus repentinos alborotos y provocaciones, hay en los territorios dependientes de aquella ciudad, fuera del corregidor, un maestre de campo, á cuyo cargo está el mando militar en todo lo que es fuera de ella, y por esto le están subordinadas las milicias del reyno, y de su empleo y encargos se hará mencion mas adelante.
500 Esta ciudad, en su primitivo tiempo, fue dependiente del obispado de la ciudad Imperial, de la cual fue transferida á la Concepcion la silla episcopal, y mudado todo el cabildo despues que los indios con sus repetidas correrias empezaron á arruinar la Imperial; y siendo este uno de los obispados sufraganeos de Lima, su cabildo se compone de el obispo, dean, arcediano, una canongia magistral y otra de presentacion.
501 Estiendese la jurisdiccion de la Concepcion desde el rio de Maula, que está en la costa al norte de la ciudad, hasta la punta de Lavapies. Las poblaciones, que comprehende en pueblos formales, no son muchas pero todo su territorio está lleno de haciendas, en las quales y en rancherías de gente habita la mayor parte de la que encierra esparcida por las campañas, y no á mucha distancia unas de otras.
502 El vecindario de la ciudad es compuesto de españoles y mestizos; los segundos suelen no distinguirse en el color de los primeros porque unos y otros tienen muy blanca la tez, y algunos entre ellos son rubios; de españoles, hay familias distinguidas por la calidad, yá sean criollas ó yá europeas, en bastante numero por las comodidades del país y bondad de su clima, viviendo todos con mucha concordia y union entre sí y no reparandose las escandalosas oposiciones que tan entabladas están en otras partes de aquellas provincias. Son todos los hombres bien formados, corpulentos y robustos; y las mugeres, bien parecidas; sus costumbres y vestuarios se assimilan en parte á el que usan en Lima y se acercan algo mas á el que practican en Quito, excepto que en los hombres hay la diferencia de servirse de ponchos en lugar de capa, los quales se reducen á una manta de dos varas y media ó tres de largo y dos de ancho con una pequeña abertura en medio, lo suficiente solo para poder sacar la cabeza, y todo lo restante queda colgando; acostumbranlos en todos tiempos, tanto para andar á pie como á cavallo, y aquella gente pobre de la campaña, á quienes llaman guasos, no los dexan mas que para dormir ni les estorva para hacer cualquier trabajo porque, terciando los dos costados sobre los hombros ó echando por encima de ellos la falda delantera á las espaldas, les quedan libres los brazos y desembarazado todo el cuerpo. Esta moda es general en toda especie de personas sin distincion de sexo, estado ni calidad para andar á cavallo, cuyo exercicio es igualmente comun y frequente en todos aquellos naturales, y en él se particularizan las mugeres por la destreza de manejarlos en todos modos.
503 Un ropage de suyo tan sencillo y uniforme distingue las personas y sus calidades pues, segun la obra que tiene, assi es su costo; en unos sirve de abrigo, en otros de decencia y en otros de gala; y los hay de todos precios, desde quatro á cinco pesos hasta ciento y cinquenta ó doscientos; su diferencia consiste en la fineza del texido y realce ú calidad del bordado que los guarnece ó en las labores primorosas que adornan y hermosean la tela, las quales son comunes á todos, á excepcion de aquellos que se hacen para bordar; su materia es lana, y los indios, los que los fabrican con un doble texido; la mayor parte de ellos tienen el campo azul y labores coloradas y blancas ó sobre blanco, labores azules y coloradas y tambien de otros colores.
504 Los guasos son sumamente diestros en el manejo del lazo y de la lanza, y es muy raro que yerren tiro con aquel á toda la carrera del cavallo; assi, son estas sus principales armas, y con la misma agilidad enlazan un toro feroz que otro qualquier animal sin que se escape de su prontitud y acierto el hombre mas advertido. En prueba de su destreza, referiré aqui el exemplar sucedido en un inglés que conocimos en Lima; este se hallaba en la lancha de una embarcacion pyrata que estaba en la bahía de la Concepcion y iba á desembarcar al puerto de Talcaguano con animo de executar sus acostumbradas hostilidades en las poblaciones vecinas; los milicianos inmediatos ocurrieron á la playa para estorvarles su designio, y, haviendo desde la lancha dadoles una escarga de fusilería, les pareció á los de ella que les obligarian á huir y dexarles libre el desembarco, á cuyo sitio no havian llegado todavia; uno de los guasos, no obstante, largó su lazo y, aunque al verlo despedir se echaron todos á plan en la lancha, enlazó á el tal inglés y lo sacó arrastrando con tanta prontitud que, assombrados los demás, no cuidaron de otra cosa que alexarse del peligro y volverse escarmentados. Tuvo la fortuna para no morir ahorcado y arrastrado con la violencia de la carrera de haverle cogido atravesado, passando el lazo sobre un hombro y por debaxo del brazo contrario, y assi pudo convalecer despues de algunos dias del molimiento y arrastre.
505 Como tienen la seguridad de que muy rara vez yerran, y es preciso, en pegando el lazo, segun ellos se explican, que cierre para que sujete, al punto que lo despiden, tienen la preocupacion de picar al cavallo y correr á toda fuerza, con lo qual, no dan tiempo á que se pueda zafar, y es tanta su violencia que no dexa intervalo entre el llegar á coger y oprimir. En sus particulares querellas ó duelos, usan de ellos y se defienden con una mediana lanza, la qual manejan assimismo con destreza y, por su medio, suelen despues de un largo combate no hacerse otro mal que el de los golpes. Vengan sus enconos del mismo modo, procurando coger en escampado ó con descuido á aquel en quien quieren executar su ira, en cuyo caso no hay otra defensa, si es en campo raso, que tirarse al suelo al reconocer que toma el lazo en la mano y pegarse contra la tierra con pies y manos, sin dexar lugar alguno por donde le pueda entrar; tambien es bueno arrimarse á algun arbol y, si es en la calle, unirse á la pared; en pequeña distancia, esto es, menor que de diez ó quince passos, no logra tan buen efecto la destreza en este modo de prender, pero en mayores, hasta treinta ó quarenta y aun algo mas, es sumamente peligrosa.
506 Hacense estos lazos de cuero de baca, el qual cortan al rededor en una tira seguida de aquel gruesso, que es suficiente; tuercenla despues; y la curan bien, sobandola con grassa hasta que queda muy dócil y, al mismo tiempo, muy flexible, pero tan fuerte que, aunque no tenga de grueso despues de torcida sino poco mas de medio dedo, sujeta al toro mas feroz y forzudo y, al ímpetu de la carrera con que procura huir, lo derriba sin que el estremecimiento la venza quando una cuerda de cañamo mas gruesso se romperia.
507 El temperamento que logra aquella ciudad es, sin diferencia alguna, como el regular de Europa; en ibierno se siente mas frio que en las provincias meridionales de España pero no tanto cómo el de las boreales, y en verano á proporcion. En el ibierno lo desabriga el ningun resguardo que tiene para los vientos nortes, y en el verano se templa la influencia de los rayos del sol por el viento sur, refrescando la tierra y desvaneciendo la impression que puedan hacer en ella. Esto no obstante, el temperamento de la ciudad es mas cálido que el de las campañas circunvecinas por la distinta disposicion del terreno en que se halla; este es interrumpido de varios rios, y entre ellos algunos bastantemente grandes, como el de Arauco y el de Biobío, el qual es tan caudaloso que, á una legua antes de desembocar en el mar, tiene tres quartas de legua de ancho ó poco menos; en verano, puede no obstante vadearse aunque con gran riesgo, y en ibierno se passa en balzas. Desde las orillas del sur de este rio de Biobío en adelante empiezan las habitaciones de los indios gentiles, y, no á mucha distancia de las mismas orillas acia aquella parte, están los fuertes de la frontera, de que se dará razon mas adelante. Las campañas de aquella jurisdiccion se componen de llanuras muy dilatadas y espaciosas porque, distando lo bastante la serranía acia el oriente, dexa todo el espacio que hay entre ella y las maritimas playas de un terreno sumamente igual y uniforme, que solo la interrumpen á trechos algunos medianos cerros, los quales hacen mas divertida la vista y agradable su prespectiva.
508 A la similitud que tiene aquel temperamento á el de España, corresponden sus producciones, si bien con la diferencia de mayor bondad en el excesso de ellas con que se nota aquel llevar á este no pequeña ventaja. Los arboles y todas suertes de plantas tienen sus tiempos en que nacen, alegran los campos con su verdor, recrean la vista con los matices de sus flores y el paladar con el sabroso y bien sazonado gusto de las frutas. Yá se dexa entender que por precision han de ser encontradas las sazones y que, por consiguiente, quando en España es ibierno, es allí estío, y otoño, quando acá primavera. Produce, pues, aquel país las mismas especies de frutos, simientes y frutas; no que los meridionales de España porque ni es apto para caña de azucar, naranjos, limones y otras de esta especie ni adequado para olivares, aunque no falten olivos, se coja alguna aceytuna, pero sí como los del centro de España con tanta mas abundancia quanto no es año regular si no excede la cosecha del trigo de ciento por una, y á este respeto todas las demás simientes. Por cosa particular, referiré lo que vi y examiné en Talcaguano en una huerta que dista del puerto poco mas de un quarto de legua á la orilla de la mar, en el sitio conocido por el nombre del Morro; entre varios granos de trigo que sin cuidado havian nacido, huvo uno que, siendo un solo pie el que salia de la tierra, brotaba despues de los nudos tantas cañas que formaban arriba treinta y quatro espigas, y, de ellas, las principales tenian de granazon tres pulgadas con muy corta diferencia, y las que menos no baxaban de dos; viendome admirado el dueño de la casa, me dió á entender que no tenia de que sorprehenderme porque en las sementeras, aunque no se reparaban con tanta lozanía, havia granos que producian de cinco á seis espigas; puse cuidado en ello y encontré tantas despues que ya no se me hacía estraño ver la de las 34 como nacido en lugar en que, assi por el riego como por la mejor disposicion de la tierra, debia ostentar mayor fecundidad.
509 Prueba bastantemente la abundancia el precio que el trigo tiene allí, pues regularmente no sube de ocho á diez reales de plata la fanega de seis arrobas y seis libras, que para las Indias es quanto puede decirse; pero, por falta de saca, aun á precio tan ínfimo, no se siembra mas que aquel necessario para el propio consumo, y las tierras están siempre vacías, quedando de ningun provecho porque dan las ocupadas con excesso mucho mas de lo que pueden gastar sus habitantes ó de lo que extraen los de afuera.
510 Produce con no menor abundancia la uba de varias castas, y con ella se hacen todas suertes de vinos tan buenos que son los mas estimados en todo el Perú, no menos por su generosidad que por su buen sabor; la mayor parte son tintos, y tambien se fabrica moscatel, cuya fragancia y delicadeza aventaja á los que de esta especie se conocen en España; casi toda la uba ó generalmente toda nace en parrales y no en capas, y hay pedazos de tierra bien dilatados donde, como en las sementeras, faltando la salida y consumo, sucede el estar abandonados totalmente porque, aunque produzcan mucho, siendo pocos los compradores, no queda de ellos ni aun la pequeña utilidad necessaria para el costo del cultivo.
511 El unico y mayor destino que dan á tan fecundas campañas sus dueños es el de engordar ganado vacuno, cabrío y ovejas con la mucha yerva que producen; á esto se reduce la mayor parte de las haciendas y, á su correspondencia, las chacaras de la gente pobre; luego que el ganado mayor está bastantemente gordo y que el tiempo es propio para ello, hacen la matanza proporcionada á la hacienda de quatrocientas, quinientas y aun suele exceder á este el numero de reses en las mas grandes; sacan el sebo, hacen manteos con la gordura, que allí llaman grassa, y convierten en charqui ó tassajo la carne, pero lo que les dexa la principal utilidad es el cuero, sebo y grassa. De aqui se podrá hacer juicio en qué estado de gordura estarán quando llegan á matarlas, siendo el sebo el principal renglon de la ganancia; pero bastará á dar idea de la abundancia del país el decir que una de aquellas reses en este estado y en pie solo vale quatro pesos, precio tan inferior que, haciendo á esta provincia desemejante á las demás de Indias por lo barato, no debe acreditarla pobre entre ellas porque es tanta la fecundidad de sus tierras que solo se puede echar menos la aplicacion en sus naturales para exceder á todas en riquezas.
512 El modo de que usan en las matanzas es de grande diversion y de no menor destreza para los que se emplean en ella; executanlo acorralando primero el ganado que se ha de matar, y los guasos se ponen á cavallo á la puerta con una lanza en la mano de dos á tres brazas de largo; esta tiene en uno de sus extremos una media luna de acero bien afilada, cuyas puntas se apartan algo menos que un pie; abren la puerta al corral y hacen salir una res, la qual, como es natural, toma inmediatamente la carrera de su querencia; destacase un guaso en su seguimiento y, assi que llega á alcanzarla sin cessar en la carrera, la desjarreta de un pie y luego del otro, apease y con gran prontitud la mata, desuella, saca el sebo y grassa y convierte en tassajos toda la carne para salarla despues y hacer el charqui; concluido esto, carga á las ancas de su cavallo el sebo envuelto en el pellejo, dexalo en la hacienda, de donde van despues á recoger la carne, y él continúa con otra. Assi, á un tiempo sueltan tantas como guasos ó peones hay que se ocupan en el exercicio, y siguen varios dias hasta que dan fin á todo el ganado destinado para aquel año. La mayor habilidad que hay en esto, á mas de la prontitud en el desjarretar, es el que un hombre solo lo haga todo sin llevar en ello peligro; si corre tanto la res que no la puede dar alcance, se sirve entonces de el lazo y, bien por las hastas ó por uno ó por entrambos pies, segun le parece mejor ó se lo proporcione la ocasion y positura en que la coge, la enlaza y sujeta, valiendose en este caso del auxilio de algun arbol para matarla porque, haciendole dar una ó dos vueltas al lazo al rededor de él, la assegura para conseguir su intento sin dificultad.
513 El sebo lo enzurronan en los mismos cueros para conducirlo á la ciudad y venderlo allí; la grassa la derriten y, fundida, la ponen en pellejos de carnero; y la carne la salan cortandola primero en delgadas tiras, que es á lo que llaman tassagear, ponenla á secar después y, estandolo, forman tercios que sirven tambien para vender; los cueros que les sobran los convierten en curtiembres y, de ellos, hacen suela muy sobresaliente. El ganado cabrío lo engordan assimismo y aprovechan el sebo, como el de las bacas. De las pieles fabrican cordovanes tan excelentes que son los que merecen por su buena calidad mayor estimacion en todo el reyno del Perú.
514 Al respeto de esta grande abundancia que hay en carnes y simientes, sucede con todo lo demás. Las aves domesticas, como pabos, gallinas, gansos y patos, valen muy poco y se crian muchas en todas aquellas casas de campaña á poca diligencia y ningun gasto; la caza, del mismo modo, y sus especies son patos reales, canclones, como los que quedan explicados entre las aves de los páramos de Quito, aunque estos no son tan grandes y mas semejantes á las bandurrias, que es el nombre que allí les dan, palomas torcaces, tortolas, perdices, becadas, avecasinas, zarapicos reales, y, por este termino, no es menos pródiga aquella athmosphera que la tierra pues, émula á su fecundidad, le imita en lo que es propio de su region.
515 Entre las aves, hay una bien particular por su exercicio, de la qual están llenas todas las campañas, y llamanlas dispertadores los naturales porque advierten á las demás del peligro en que las pone el cazador; luego que sienten algun ruido de persona ó de animal, se levantan del suelo donde están casi de continuo; al tiempo de executarlo y con la misma prontitud, empiezan á gritar con un graznido algo semejante al de las cotorras y, girando en el ayre al rededor del objeto que dió motivo á su inquietud, no cessan en mucho tiempo, con cuyo aviso, las aves que estaban descuidadas en aquellas inmediaciones toman prontamente el vuelo y se libertan.
516 Esta ave es el tamaño de una mediana gallina; la pluma, blanca y negra; el cuello, grueso; la cabeza, algo grande, levantada y garvosa, adornada de un pequeño penacho que forma la pluma; los ojos, grandes, vivos y alegres; el pico, en buena proporcion, algo corbo y gruesso. En los encuentros de las alas, tiene dos espolones, en cada una el suyo, de poco menos que una pulgada de largo, los quales colorean algo por la raiz ó nacimiento y terminan como los que guarnecen los pies de los gallos; son muy agudos en la punta, rehechos en lo restante y muy duros; estos les sirven de armas para combatir con las demás aves, y particularmente contra las de rapiña, como cernicalos, gavilanes y otros de que abundan aquellos parages.
517 Entre las de canto hay gilgueros; y aunque los matices de sus plumas no son precisamente como los de España, en su tamaño, estructura y canto no difieren. Otras varias especies hay propias de aquellas Indias, y se encuentran en todos los paises frios, como los piches, cuyo tamaño es mayor que el de los gorriones; la pluma, parda, manchada de obscuro; y todo el pecho, de un colorado muy hermoso; en los encuentros de las alas tienen también algunas plumas del mismo color, y entre las largas, otras varias assi de este como del amarillo.
518 No es molestado aquel país por ninguna suerte de insectos mas que niguas ó piques; no hay sabandijas ponzoñosas, y, aunque en los campos y bosques se ven algunas culebras, no son dañosas sus picadas; tampoco hay animales feroces ó silvestres que den susto en las campañas; con que, parece que aquel país desahoga toda su fertilidad y buena naturaleza en tributar á las criaturas todo lo que pueden apetecer para la vida, gozandolo sin pensiones.
519 Las frutas, de que es Chile muy abundante, son de las mismas especies que las que se conocen en Europa, entre las quales producen muchas guindas grandes y de gusto delicado, fresas de dos especies, unas que llaman frutillas y exceden en el tamaño á las monstruosas de Quito, pues las hay como pequeños huevos de gallina, y las otras, que no tienen diferencia en el tamaño, olor y gusto á las de España, se crian silvestres en las faldas de aquellos pequeños cerros, y, de la misma suerte, nacen todas especies de flores sin mas cultivo ni cuidado que aquel que exerce con ellas la misma naturaleza.
520 Entre las yervas particulares, de las quales hay muchas medicinales y otras que sirven para distintos ministerios, se particulariza una planta muy propia para curtiembres, de que están llenos los campos, y le dan el nombre de panque; crece esta sobre la tierra de quatro á cinco pies, esto es, vara y media con corta diferencia; el tronco principal, que es siempre tierno, tendrá de quatro á cinco pulgadas de diametro y como dos pies y medio de alto; desde allí, se divide en varias ramas, y estas echan unas hojas tan grandes que tienen como pie y medio y aun hasta dos de diametro; son redondas, aunque formando varias puntas, ásperas y algo gruessas. Antes que llegue esta planta á ponerse en estado de cortarse, y quando las ramas del cogollo empiezan á colorear, los cortan aquellos naturales y chupan el jugo, que es muy fresco y astringente; pero luego que la hoja empieza á blanquear, como que quiere secarse, cortan la planta por el pie y, mondando todo lo que hace el tronco, lo dividen en ruedas, que secan al sol y después las emplean en las curtiembres.
521 Si se dexan á un lado las produciones con que lisongea la vista aquel país y se passa la consideracion á lo que encierra interiormente en sus venas, se hallarán estimables minerales, unos de piedras, entre los quales pueden tener su lugar los de lapiz lazuli y imán, otros de cobre, á cuya calidad no aventaja la de los mejores que se conocen en Europa, y otros de oro, pero todos ellos infructiferos porque sus moradores, contentos de tener tan abundantemente lo que necessitan para la vida, no aprecian otra cosa ni su curiosidad se estiende á inquirir lo que la misma tierra guarda en sus entrañas.
522 En este reyno de Chile es donde parece tienen su origen aquellos célebres cavallos y mulas andadores, de que queda hecha mencion en la primera parte; y siendo los que hay hoy en todas las Indias procreados de los primeros que se introduxeron de España, adquirieron los de Chile la excelencia de un nuevo passo para sobresalir con él no solo á los demás de aquella America pero también á los de España, de quienes se derivaron. No me opondré yo á que los cavallos que en el primitivo tiempo se llevaron fuessen andadores por inclinacion ó raza, pues aun todavia se ven en España muchos con esta propiedad, pero sí diré que, haviendo tenido mas cuidado allá en conservar la casta sin que, mezclados los de ella con los puramente de trote, degenera, son incomparablemente mucho mas perfectos aquellos que los de acá, pues, sin mas industria que su propia inclinacion, andan tan velozmente que, haciendo pareas con otro que corra á su lado, no consienten que se les adelante, y el ginete lleva en ellos un descanso tal que no dá lugar á que la agitacion le fatigue. Son, assimismo, tan hermosos como los muy celebrados andaluces, de buen talle y generosos; por estas tan sobresalientes calidades, se hacen estimables en todas partes y se llevan á Lima como regalo el mas dignó de aprecio que se puede ofrecer á las personas de mayor caracter, otros los llevan para su gusto, y son yá tan comunes en todo el reyno que trascienden hasta Quito, con cuyo motivo, se han hecho castas en todos aquellos paises pero en ninguno prevalecen con la perfeccion que en Chile.
523 El comercio que mantiene la Concepcion pudiera ser muy quantioso si estuviesse poblado aquel territorio á proporcion de su bondad y extension; pero, por el contrario, es muy corto respeto del que pudiera mantener. Lo mas de él se reduce á frutos, y en estos es tan escaso el que se hace que por lo regular solo vá un navio del Callao annualmente á cargarlas, y los que hacen viage á Chilpá ó Valdivia, que de vuelta á su destino tocan allí y cargan de ellos igualmente. Los generos á que se reduce la saca son sebo, grassa, cordovanes, suelas, manteca hecha con la leche de bacas muy sobresaliente, vinos y frutas secas; lo que llevan para abastecer la ciudad y habitantes de aquellas campañas son bayetas, paños y tucuyos de Quito, alguna ropa de Europa, hierro y mercerías, pero muy poco de estos ultimos porque, como la mayor parte de aquellas gentes son pobres, todos se visten de ropas de la tierra. Fabricanse allí tambien algunas bayetas; y aunque las hacen muy buenas, son pocas del comercio que tienen aquellos naturales con los indios de Arauco, como se dirá lo correspondiente en su lugar.